sábado, 22 de noviembre de 2014

Algo pita, Nicolás

En el fondo, vale, en el más oscuro de los fondos, a todos nos encantaría que el cuento del pequeño Nicolás fuese cierto. Que ese chaval de mirada bovina e imaginación descontrolada hubiese sido capaz de burlar todos los filtros, todos los mecanismos de seguridad. Servidora ni siquiera consigue franquear el control de seguridad de los juzgados sin que le digan que algo "pita". Y ya son años frecuentando el mismo arco.  Habría sido reconfortante pensar que, en un país patas arriba, un chavalín, consiguió tomar el pelo, el tupé engominado, la melena cardada, la testa coronada, a todos.
Pero, no. En el cuento del pequeño Nicolás también hay algo que "pita". Y el pitido empieza a ser ensordecedor.
Sí, Nicolás no sabe muy bien donde tiene el culo. Aposentado en una bomba de relojería mediática, en una trituradora de carne. Pero alguien lo sentó allí. Junto a Aznar en las conferencias de Faes, al lado de Ana Botella no sé muy bien donde, en la coronación de Felipe VI, en el exclusivísimo palco del Real Madrid y en vehículos oficiales con escoltas. Y vale que colarse en una fiestecita del PP puede ser fácil si conoces al amigo de un primo del que hace los banderines, pero lo de desplazarse escoltado por agentes no es nada, pero que nada sencillo. Alguien dio la orden.
Curiosa ha sido la reacción de la Vicepresidencia del Gobierno. Ha tardado 'cerocoma' en desmentir a golpe de comunicado cualquier relación o trabajo con el chavalín, que ha asegurado en una delirante entrevista en EL MUNDO que poco mas o menos es James Bond y que se esconde en un búnker de los cuerpos de seguridad, que deben ser como su doctor No.
Pero lo de la Casa Real ya llega al paroxismo. Que también ha emitido su comunicado, para negar cualquier encargo Real/real al chico, que presume de que le llamó el Rey emérito, pero que a mi me deja con una duda ¿Por qué no dice quien invitó a la criatura a la coronación?
Algo pita.

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