jueves, 20 de septiembre de 2012

Crimen de la calle Verbena. El móvil fue la venganza


Un agente del  Cuerpo Nacional de Policía destinado en Zaragoza, un técnico agrícola de Valladolid sin enemigos conocidos y un crimen sin apenas pistas. ¿Qué relación pudo haber entre el presunto verdugo y su víctima? Como dicen los franceses, ‘cherchez la femme’, o lo que es lo mismo, busquen a la mujer.

El crimen de la calle Verbena, ocurrido el 21 de noviembre de 2011 en Valladolid, podría tener como móvil principal la venganza y el rencor. Aunque un diario publicó el pasado mes de agosto que Rufino Arnanz y su presunto asesino habían compartido una novia en el pasado, parece que no fue así.

La investigación se centra en la presunta relación de amistad  entre la mujer de la víctima y el agente, también casado. En algún momento próximo al día de autos, Rufino supo de la relación de su mujer con el policía, y contactó con la esposa de éste para ponerla al tanto.

Una vez descubierta la presunta amistad se inició una  crisis en el matrimonio del agente.

Se habría fraguado así un rencor profundo del policía hacia Rufino, que destapó la supuesta relación.

Así, la investigación apunta a que éste habría actuado por despecho, al ver que ella no ponía fin al matrimonio y que la víctima había alertado a su mujer. Fuentes cercanas al caso se refieren a un “crimen por venganza”.

Sin embargo, las pruebas contra el agente no han sido lo suficientemente contundentes para que se le mantenga en prisión. Aunque se puede probar que el día del crimen estuvo en Valladolid no se ha hallado el arma del crimen y por otro lado el juez instructor no cree que exista riesgo de fuga.

Dos días después de su puesta en libertad, el agente fue detenido de nuevo por sus compañeros en Zaragoza, después de que su mujer le denunciase por amenazas, según publicó El periódico de Aragón.

miércoles, 19 de septiembre de 2012

Próximamente


Tenía escrita la entrada, y posiblemente mañana no tenga que modificar nada, pero dejar un cabo suelto puede ser peligroso, así que en cuanto contraste un par de datos, y creo que en cuestión de12 horitas de nada podrá ser, tendréis nuevo post.

Gracias a todos los que habéis leído el primero, por los comentarios en twitter y las llamadas y los whatsap de los más discretos, os debo unas cañas.

A los que me leéis en la sombra que sepáis qué sé quienes sois y donde tomáis café, gracias también, bien me podíais echar un cable, ricos


jueves, 13 de septiembre de 2012

El crimen de la calle Verbena. Cuestión de tiempo


Empiezo este blog escribiendo sobre algo que esperaba desde hace tiempo y que en parte me resarce del mal rato que pasé en su momento.

Rufino Arnanz, de 54 años, murió apuñalado a escasos metros de su vivienda, en el número 7 de la calle Nicasio Pérez. Ocurrió el 21 de noviembre de 2011, un día después de las elecciones generales. El hombre, acababa de salir del portal y se disponía a subir a su vehículo cuando fue abordado por un encapuchado que le apuñaló dos veces, una de ellas en el corazón. Se llevó una riñonera con apenas 30 euros y huyó a la carrera por la calle Verbena.

En principio, el Grupo de Homicidios de la Policía Nacional afrontó el caso con el atraco como hipótesis fundamental. Pero no porque estuviese claro que había sido un atraco, sino porque no había pistas que indicasen lo contrario. La víctima, casada y con dos hijos, tenía una vida tranquila y normal, y nada hacía pensar que en su trabajo como técnico agrícola se hubiese creado enemigos. Todo lo contrario. Tal y como me comentó uno de sus compañeros, era muy fácil trabajar con Rufino precisamente por su carácter afable.

Aún así, los responsables de la investigación insistían en que no descartaban ninguna hipótesis. Yo tampoco. Pasé muchas horas en la calle donde se cometió el crimen y me resistí a pensar en un atraco por varios detalles:

 

1-Si el atraco lo cometió un yonki, dada la violencia empleada y que podría atribuirse al síndrome de abstinencia: ¿Por qué eligió a un hombre y no a una mujer? ¿por qué además optó por un hombre que llevaba riñonera, que no puede arrancarse de un tirón?

 

2- ¿Por qué abordar a un hombre que acababa de salir de casa y no a alguien que hubiese sacado dinero del cajero que hacía esquina a unos 10 metros?

3-¿Por qué estaba abierta la puerta del copiloto? ¿podía buscar la víctima algo en la guantera? ¿iba a entrar el asesino en el coche?

La sensación que tuve era que el asesino había estado esperando a Rufino y que por supuesto no quería robarle sino matarle.

En cualquier caso, por prudencia, reflejé en mi artículo que pudo tratarse de un “desconcertante robo” sin descartar otras hipótesis. Aquí está el artículo

Días después el director del periódico me enseñaba la carta más desagradable que he recibido jamás. La cuñada de la víctima, indignada, arremetía contra mí por poner que no se descartaban otras hipótesis distintas al robo. No voy a contar aquí todas las barbaridades que me decía pero sí que me sorprendió que una mujer emplease argumentos tan machistas contra otra. Supongo que no tenía otra cosa a la que agarrarse. Querida Ana: ha tenido que pasar casi un año, pero ya ves que nada es lo que parece, y que yo sé muy bien lo que escribo, cómo lo escribo y por qué.

Hace algo más de un mes, la investigación se centraba en Zaragoza, donde se llegó a detener a un policía nacional como presunto autor de los hechos, si bien en estos momentos está en libertad con cargos. Una vez más, y por prudencia Ana, la que tú no tuviste, voy a omitir parte de la información que tengo, pero la relación de este agente con el crimen es un asunto sentimental. ¿Zaragoza y Valladolid? Pues sí, algún viaje se hizo a la capital aragonesa ¿o no Ana?. Pues eso.

En breve se irán conociendo más datos y yo los escribiré, porque ese es mi trabajo, contar la verdad aunque duela.