Un agente del Cuerpo
Nacional de Policía destinado en Zaragoza, un técnico agrícola de Valladolid
sin enemigos conocidos y un crimen sin apenas pistas. ¿Qué relación pudo haber
entre el presunto verdugo y su víctima? Como dicen los franceses, ‘cherchez la
femme’, o lo que es lo mismo, busquen a la mujer.
El crimen de la calle Verbena, ocurrido el 21 de noviembre
de 2011 en Valladolid, podría tener como móvil principal la venganza y el rencor. Aunque un
diario publicó el pasado mes de agosto que Rufino Arnanz y su presunto asesino
habían compartido una novia en el pasado, parece que no fue así.
La investigación se centra en la presunta relación de
amistad entre la mujer de la
víctima y el agente, también casado. En algún momento próximo al día de autos,
Rufino supo de la relación de su mujer con el policía, y contactó con la esposa
de éste para ponerla al tanto.
Una vez descubierta la presunta amistad se inició una crisis en el matrimonio del agente.
Se habría fraguado así un rencor profundo del policía hacia
Rufino, que destapó la supuesta relación.
Así, la investigación apunta a que éste habría actuado por
despecho, al ver que ella no ponía fin al matrimonio y que la víctima había alertado
a su mujer. Fuentes cercanas al caso se refieren a un “crimen por venganza”.
Sin embargo, las pruebas contra el agente no han sido lo
suficientemente contundentes para que se le mantenga en prisión. Aunque se
puede probar que el día del crimen estuvo en Valladolid no se ha hallado el
arma del crimen y por otro lado el juez instructor no cree que exista riesgo de
fuga.
Dos días después de su puesta en libertad, el agente fue
detenido de nuevo por sus compañeros en Zaragoza, después de que su mujer le
denunciase por amenazas, según publicó El periódico de Aragón.
Inquietante
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